jueves, 23 de febrero de 2012

Soy feliz.

Y muy velozmente se esconden esas mañanas en las que despierto con el sol en la cara, con ganas de no ponerme de pie, de seguir así, durmiendo.
No es que no quiera enfrentarme a lo que tengo afuera, es que siento que no hay nada que enfrentar. 
Hace mucho me di por vencida en cosas que sé no podre enfrentar. 
Noches interminables, días comprensivos, cartas escondidas y ojos llorosos.
No puedo evitar que todo termine, no terminará ahora es cierto, pero sí algún día.
Estoy tan pesimista, sí, porque?, ni idea.
El tiempo se va. vuela, corre, huye, no lo sé, lo único que sé es que el tiempo nunca regresa.
Camine tanto, llego el momento en que solo quería sentarme, tal vez ver como mi vida pasa delante de mi o solo sentarme a descansar. 
Me senté, sí  me senté por mucho tiempo y luego todo volvió a caminar mas rápido, fue como si el tiempo no recorrido quisiera apresurarme y aún así hay noches en las que sigo pensando en todo, si lo que hago es correcto o si en realidad hago lo que en verdad quiero.
Me gusta angustiarme, me gusta ser feliz.
Pero aún así, soy feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario